Wish List

Una vez superado el trauma del árbol de Navidad y pasando por alto la organización de las comidas y cenas navideñas en una familia numerosa (pretendo que mis padres y hermanos me sigan hablando… aunque casi ninguno me lee, la verdad), llega la siguiente tortura: ¿Qué regalos hago?

Hay una tienda de ropa y complementos estupenda, donde siempre encuentro cosas que me gustan. Aunque eso no quiere decir que compre allí. No me gustan los precios. Pero sobre todo, no me gusta la dependienta. Es de esas chicas altas y delgadas, que te mira de arriba a abajo y te hace sentir que no has combinado correctamente el abrigo con el pantalón. Me siento tentada de explicarle que estaba en casa tan tranquila sin pensar en ir de compras y he caído en la cuenta de que me faltan regalos por hacer; y para no perder tiempo he cogido lo primero que he pillado; y que me voy a poner a régimen en cuanto pasen las fiestas; y voy a maquillarme un poco para tener mejor cara; y que la peluquería estaba hasta arriba de gente y por eso no llevo el corte actualizado…

Y, claro, cuando me pregunta qué presupuesto tengo, para compensar su mirada de desprecio digo una cifra escandalosamente alta, que, por supuesto, no tengo intención de gastar. Así que me veo, sin comerlo ni beberlo, teniendo que hacer comentarios sobre cada una de las cosas que me va sugiriendo: «Es ideal, pero tiene muchísimas gargantillas». «Muy mono el jersey, aunque el color no le va nada». «Precioso el cinturón, aunque buscaba algo menos sport». Me empiezo a poner nerviosa de la pérdida de tiempo y acabo saliendo de la tienda mientras murmuro una excusa tonta. ¿Por qué no se da cuenta de que si me dejara curiosear sola tal vez compraría algo? Aunque gracias a ella acabo entrando en la peluquería…

Decido que voy a comprarlo todo por internet. Me siento delante del ordenador y me enfrento al problema de qué buscar. Otra vez he empezado al revés: ¡primero hay que saber qué se busca y luego dónde! De pronto veo un post-it pegado junto al teclado con el siguiente título: wish list. (Menos mal que en casa me conocen bien).

Empiezo a leer: «calcetines de la talla 37 en Mes Chaussettes Rouges, para caza y para mis bluchers«. Entro en una página con cientos de calcetines preciosos clasificados por marca, actividad, material de confección o colores. Los hay de algodón, lana, seda, cachemira, incluso vicuña o camello.

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Elijo unos para caza y busco en internet qué son los bluchers (resulta que son unos zapatos de cordones). Imagino que la autora de la wish list se referirá a que sean más finos para ese tipo de calzado.

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Sigo leyendo: «Dos pares más de calcetines de sockaholic» ¡Vaya! ¡Esto va de renovar el armario! Con precios un poco más ajustados y fabricados en Portugal, también los hay preciosos en esta tienda online: sockaholic.com.

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«Zapatillas de running«. Esto no debe ser tan complicado, me digo, y entro en la página de nike. Descubro un mundo nuevo en el calzado deportivo: puedes personalizar las zapatillas con colores, acabados e incluso añadir un ID personal. Me parece un regalo práctico y muy especial.

Y todo esto sin salir de casa. ¡Qué bien! Y sigo comprando.

Sombrero de Tba. Me encuentro con una marca de ropa vinculada al mundo del caballo, con reminiscencias inglesas y una gran calidad en la confección y la elección de los materiales. Tweeds antiguos y mezclas de hilos de innumerables colores, botones especiales tipo joyas, forros de colores alegres y contrastados, todo ello hace de cada prenda un objeto muy especial. Sólo les falta la venta online, aunque remiten a comercios donde distribuyen sus prendas. El sombrero que elijo es impresionante, verdad?

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Cesta de picnic de Cristina Oria. Veo que tiene tienda en Hermosilla 29, pero también una venta online fantástica, en la que puedes configurar a tu gusto la cesta o elegir alguna de las que ellos proponen. Esta con espacio para dos botellas de vino me encanta.

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O esta tal vez más masculina, con ginebra y foie.

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Cabeza de animal para decorar. Ya, un poco rara la autora de la wish list, ¿verdad? Pero descubro que es la última tendencia en decoración, los falsos trofeos de caza hechos en tela, cartón reciclado o madera. Encuentro estas cabezas ideales en una página que se llama soft heads:

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Estas de cartón las venden en www.curiosite.es. ¡Son geniales!

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Un rifle Blaser de cerrojo rectilíneo. ¡Uff! ¡Esto se le está yendo de las manos! Cierro el ordenador y finalizo así mi tarde de compras (en zapatillas).

¡Ánimo con las vuestras!

9 comentarios en “Wish List

  1. Muy buena idea…creo que hemos comprado regalos similares, y me alegro de que hayas encontrado lo que buscabas 🙂
    Por cierto, con las dependientas nos pasa lo mismo a todas un poco; las hay odiosas.
    Mil besos y que todo sea lo más perfecto posible.
    FELIZ NAVIDAD.

  2. hola, soy la dependienta alta.
    un día te tienes que poner en el pellejo de lo que llevamos nosotras estos días. gente entrando, mirando, preguntando… y saliendo sin comprar. Y eso por no hablarte de los que vienen a descambiar cosas…
    Por cierto, combinas fenomenal.
    Un beso

  3. Muy bueno Lucila. Me ha gustado los comentarios sobre la dependienta Jjjjj. Entiendo q estén cansada en estos días pero q verdad más grande cuando dices q te miran de arriba a abajo….mucho mejor sería q nos hicieran sentir cómodas. Feliz año!!!!!!!

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