Corales y tesoros para un vajilla pintada a mano

¿Os acordáis de la escena de Orgullo y Prejuicio en la que están reunidos Mr. Darcy, Mr. Bingley, su hermana y Elisabeth Bennet en el salón haciendo un repaso de las cualidades que debe tener una joven de su tiempo para considerarse culta?  – «Estoy asombrado de que las muchachas tengan tanta paciencia para llegar a adquirir una educación tan completa…Todas pintan, decoran biombos y hacen monederos. Apenas conozco una que no sepa hacer todas esas cosas»- comienza Mr. Bingley con esa ingenuidad que le caracteriza (y ese tupé pelirrojo tan poco favorecedor en la película de Joe Wright.

Enseguida, aprovechando para pavonearse delante de un aparentemente poco interesado Mr. Darcy, su presuntuosa hermana apostilla: «Una mujer debe tener cabal conocimiento de la música, el canto, el dibujo, el baile y las lenguas modernas para merecer que se la llame instruida; y además de todo eso, ha de poseer algo indecible en su aire, en su modo de andar, en el tono de su voz, en su trato y en sus expresiones; de otro modo, la calificación no la merecería sino a medias». Darcy, sin contradecirla, añade una cualidad que le parece fundamental: «A todo ello hay que sumar algo más sustancial, como es el desarrollo de su inteligencia por medio de una lectura abundante».

Aún a riesgo de resultar políticamente incorrecta, tengo que reconocer que esta escena, escrita en 1864, me parece deliciosa. Jane Austen describe a través de la joven Bingley lo que se espera de una mujer de clase social acomodada en la segunda mitad del siglo XIX. El hecho de que escoja a un personaje antipático para ello podría interpretarse como una sutil crítica, más aún teniendo en cuenta que es precisamente Darcy, el atractivo protagonista masculino, el que considera más importante que todo eso la lectura como forma de desarrollar la inteligencia (suponemos que tanto femenina como masculina).

En un momento en el que las oportunidades tienden a igualarse y las mujeres podemos aspirar a dirigir el país, a investigar enfermedades o a pilotar un coche de Fórmula 1, yo quiero reivindicar mi derecho a instruirme según los cánones de la segunda mitad del siglo XIX. Porque entre los Bingley y el señor Darcy describen perfectamente el contenido de mi blog: música, dibujo, baile, lecturas… exceptuando lo del canto, ahí poco puedo hacer teniendo en cuenta que Euterpe estaba de huelga cuando yo nací. Equiparando los viajes al conocimiento de lenguas modernas –para qué si no-. Y en vez de decorar biombos o hacer monederos -todo se andará- he elegido pintar vajillas. Quiero creer que Mrs. Bingley lo aprobaría.

Vajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma Vey

Hoy os voy a enseñar una vajilla que he decorado con motivos marinos pintados a mano, para regalar a una pareja de jóvenes recién casados muy vinculados con el mar. Pargos, pulpos, peces globo, caballitos de mar de color turquesa… entrando y saliendo de los platos de porcelana blanca. Para acompañar a la vajilla, acudo a El Patio Antigüedades y Decoración, en la calle Montecarmelo, donde Carmen y Sofía Gomar atesoran multitud de objetos bonitos y originales, antiguos y nuevos.

Allí es fácil inspirarte y en seguida empiezo a vislumbrar una mesa llena de corales (en el lugar de las flores) y perlas, pulseras y pendientes de colores ocultándose entre ellos, como si un pirata hubiera vaciado un cofre de tesoros en el fondo marino.

Vajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma Vey

Para buscar un mantel entro en Cinngara en la calle Arcos 18, donde tienen tapetes, colchas y chales de estampados muy bonitos, además de una bisutería estupenda con mucho gusto. Elijo unos tapetes de algodón para usarlos de manteles, uno en tonos rosas y otro, para colocar debajo, en grises más neutros y algunas piezas para simular mi tesoro y para sujetar las servilletas). Me pongo manos a la obra y este es el resultado.

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Vajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma VeyVajilla de peces y motivos marinos pintada a mano por Forma Vey

De El Patio Antigüedades y Decoración son los portavelas con forma de corales blancos hechos de resina y los corales naturales en suaves tonos rosas.

De Cinngara son los manteles, las pulseras y tobilleras de cuentas doradas y turquesas y el collar de cuentas de coral rojo.

El resto de cosas las he cogido de mis cajas de tesoros: perlas, conchas, unos pendientes de Dublos, etc. Los platos los firmo como Forma Vey, algún día os contaré de dónde viene el nombre.

Fotos: Cuarto de Maravillas

12 comentarios en “Corales y tesoros para un vajilla pintada a mano

  1. Maravillosa la vajilla y el montaje de la mesa. Que artista eres Lucila y que alegres e inspiradores son todos tus post. De la referencia a ese diálogo de Orgullo y Prejuicio… sin palabras, que novela!!!!!!! Gracias y sigue, … !!!!!!!!!!

Responder a Reyes x