Ocho razones por las que ir a la ópera en Verona

El verano, con sus tardes luminosas y cálidas, nos da la oportunidad de disfrutar algún espectáculo al aire libre en lugares de interés histórico. Teatros romanos, claustros medievales o renacentistas, jardines de palacios mudéjares, etc. son usados durante estos meses para conciertos, bailes, teatro u ópera. En el apartado de la ópera, pocos lugares tienen tanta solera como l’Arena de Verona, un anfiteatro del siglo I –el tercero más grande de Europa- con una impresionante acústica y en el que tiene lugar desde 1913 el Festival de Verona.

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Gracias a unos amigos que se han ocupado de sacar las entradas, organizar los hoteles y restaurantes, he tenido la oportunidad de pasar tres días inolvidables. Os dejo unas recomendaciones.

1.Aprovecha que Ryanair tiene desde Sevilla un vuelo directo a Bérgamo para dormir en una granja de sólo seis habitaciones, Agriturismo Cavril, entre montes y colinas. A menos de una hora del aeropuerto llegas para ver la puesta de sol, darte una ducha y cenar en su restaurante de maravillosas vistas y buena cocina elaborada con productos de su huerto. Inaugura la estancia en Italia con unos agnolotti rellenos de gallina -típicos del Piamonte– y un vino tinto suave de producción propia.

Lucila
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2.Pasear por Verona es delicioso. Déjate perder por las callejuelas, por las plazas -Bra, Lèrbe, dei Signori- observando los numerosísimos palacios, que dan idea de la importancia que ha tenido esta ciudad a lo largo de la historia, con sus fachadas pintadas al fresco, de piedra o de colores suaves –amarillos, almagras, verdosos, azulones- y contraventanas de madera, haciendo obvia esa maravillosa capacidad que tienen en Italia de asegurar un bello envejecimiento. Si es la primera vez que vas a Verona y eres de los que no quieres perderte nada, te recomiendo esta web donde se explica bastante bien lo imprescindible de esta ciudad.

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3.Si eres aficionado a la nueva cocina y quieres darte un capricho, reserva mesa con antelación en Casa Perbellini, junto a la Iglesia de San Zeno, un restaurante con dos estrellas Michelin donde la cocina está a la vista. Tienen un menú de mediodía –más asequible que a la carta- al que puedes añadirle los entrantes, minúsculas porciones de la cocina más elaborada por el galardonado chef Giancarlo Perbellini. Y antes de entrar en la ópera, tómate un aperol –si te gustan los cócteles como a mi hija- o una copa de buen vino de la Valpolicella en la Osteria del Bugiardo. Los quesos y fiambres son buenísimos y el ambiente es muy agradable, desde personas elegantemente vestidas para la Arena a grupos de amigas compartiendo risas en alguna de las mesas altas de que disponen.

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4.Las óperas italianas son las ideales para iniciar a profanos o adolescentes (mis hijos tuvieron la fortuna de estrenarse con Turandot en Torre del Lago Puccini). Esta vez elegimos Carmen, una ópera ambientada en Sevilla (viajar sin haber viajado, qué extraña sensación). Es impresionante el lugar, la acústica, el montaje de luces y escena, la cantidad de figurantes, los veinte mil espectadores… Tanto, que deja de importarte que la producción del argentino Hugo de Ana haya atrasado un siglo la época en la que se desarrolla la historia para situarla en los años treinta y sumarse facilonamente a la corriente de reivindicación femenina, de multiculturalidad y de paso, sacar unas banderas republicanas y unos camiones de la CNT.

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5.Reserva una noche en alguno de los pueblos que hay al sur del Lago di Garda. Nosotros nos alojamos en la maravillosa villa de unos amigos en Valeggio Sul Mincio, pero si no tienes esa suerte, elige un hotel pequeño en el Borguetto a los pies de la ladera, nombrada por segundo año la aldea más bonita de Italia, con el río Mincio paseando entre los restaurantes sorteando restos arqueológicos.

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6.Acércate a Castellaro Lagusello, un bonito pueblo medieval asomado a un lago con forma de corazón en una reserva natural. Entra por el lado septentrional, pasando bajo una puerta de piedra con su torre del reloj y pasea por las calles empedradas hasta llegar a la cancela que se abre a la reserva natural, en la plaza de la iglesia de San José. No dejes de ver la muralla con sus torres almenadas desde la orilla del lago.

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7.Por carreteras rodeadas de viñedos en espaldera, se llega en media hora al sur del Lago di Garda, a la altura de Peschiera del Garda; toma la carretera que bordea el lago y acércate a Sirmione, aunque te recomiendo que aparques antes de llegar a la península, pues no dejan pasar coches y el parking está siempre lleno. Para acceder al casco histórico tienes que pasar por la fortaleza Scaligera, un enorme castillo de piedra muy bien conservado.

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8.Dedica unas horas a visitar la Ciudad Alta de Bérgamo antes de coger el vuelo de vuelta. Sube en funicular desde la estación, en el barrio bajo, y disfruta de esta ciudad que perteneció a la Serenísima República de Venecia. Torres medievales, palacetes e iglesias decoradas dan idea de la riqueza que tuvo a la sombra del león veneciano. La Piazza Vecchia y, a continuación, la Piazza del Duomo son suficientes para darte cuenta de que necesitas volver a Bérgamo con más tiempo. Yo ya estoy buscando fecha.

Las fotos de Cuarto de Maravillas, menos las de la ópera, que son de Arena Opera Festival 2018.

Un comentario en “Ocho razones por las que ir a la ópera en Verona

  1. Pero Lucila! Veo que coincidimos en muchas cosas!! Este verano también tenemos entradas para Aida en la Arena. Que emocionada estoy!! Disfruta del verano y gracias por las recomendaciones…en efecto, Bergamo es una bellísima desconocida:-)

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