Cómo combatir la pereza de la Navidad

Estamos en la tercera semana de diciembre y todavía no he adornado la casa por Navidad. Todos los años lo hago una de las tardes del puente de diciembre, como la mayoría de nosotros, pero este 2018 me está pillando desprevenida y perezosa, y las justificaciones para no hacerlo me asaltan cada rato. Para qué sacar del altillo el árbol enorme y montar todo ese lío si el fin de semana previo a Nochebuena te vas al campo, tienes previsto pasar fin de año en Madrid y volar a Atenas el día uno de enero. ¡Solo de pensar en llegar a Sevilla el día 10 y encontrarme el árbol me da urticaria!

Pero tengo comprobado por experiencia propia y ajena que la pereza llama a la pereza, y mientras menos cosas se hacen, menos cosas se quieren hacer. Así que tomo dos decisiones: invitar a todos mis hermanos al campo el fin de semana -porque este año la Nochebuena les toca con las familias políticas y no vamos a coincidir todos- y llamar a una amiga para que me enseñe a hacer pavo trufado tradicional. De perdidos … al río.

Para organizar el fin de semana en Extremadura tengo que sentarme con un lápiz y un cuaderno, dibujar la casa y sus anexos con todos sus dormitorios y el tipo de cama que hay en ellos, e ir distribuyendo a padres, hermanos y sobrinos, bien por familias (si tienen hijos pequeños), bien por edades. Para la comida hago tres columnas: desayunos, comidas y cenas. Con tres filas: viernes, sábado y domingo. En una hoja aparte, la lista de la compra y lo que puedo asignar a cada hermano. Parece sencillo ¿verdad?

Lo del pavo trufado es caso aparte. Para eso tiene que encantarte la cocina, estar muy desocupada o muy enamorada de un marido caprichoso -no os digo cuál es mi caso-. Mi amiga se ha ocupado de encargar a un carnicero de su confianza todo lo necesario para hacer tres pavos, somos dos las aprendizas. El domingo es el día elegido para ello y a las cuatro de la tarde se presentan en casa con tres cajas de cartón llenas de los ingredientes por triplicado, varios boles grandes para hacer las mezclas, una pavera enorme y otras cosas más propias de un cirujano que de una cocinera: agujas, hilo, tijeras. Os cuento el proceso por si os animáis.

Cómo hacer pavo trufado tradicional

El primer paso es ensartar varias agujas con el hilo, antes de que empecemos a pringarnos las manos. Extendemos bien la piel del pavo y, con unas pinzas de depilar, terminamos de limpiarla. Cosemos la zona de los muslos y los posibles rotos que tenga, con la idea de conseguir una forma más o menos rectangular una vez relleno. Si se cose desde la parte exterior es más fácil, porque no resbala tanto. Ya está preparada para rellenar.

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En uno de los boles mezclamos la carne picada con cinco huevos, sal, pimienta, un poco de pan rallado, nuez moscada, un vaso de oloroso y las trufas laminadas. Es el momento de rectificar el punto de salazón, para lo que hacemos unas pequeñas hamburguesitas que freímos y probamos. Esta es la mezcla que servirá para amalgamar todo el relleno.

En otro bol echamos las tiras de cerdo, de pavo, de ternera y de jamón, que unimos con cuatro huevos. Como el jamón es salado no necesita más sal.

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Empezamos a rellenar la piel del pavo colocando la mitad de las pechugas y después alternando capas de carne picada con capas de las tiras. Acabamos con el resto de pechugas fileteadas y empezamos a coser, procurando que esté bien tenso. Lo metemos en una malla y lo envolvemos en un trapo de hilo, que cosemos muy apretado con forma de caramelo (los extremos nos ayudarán a darle la vuelta en mitad de la cocción). Lo pesamos para calcular el tiempo de cocción (los nuestros pesan alrededor de 5 kilos y medio) y untamos de manteca de cerdo todo el exterior.

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Para cocerlo hace falta una pavera o similar, donde se echarán los huesos del pavo, las verduras, las manitas (para que suelten gelatina) y agua caliente, que se podrá ir añadiendo durante la cocción. El tiempo hay que calcularlo según el peso, unos 35 minutos por kilo. Una vez cocido y antes de quitarle trapo y malla, se prensa con cuatro o cinco kilos de peso durante 24 horas. El caldo se cuela y se utilizará para hacer gelatina de acompañamiento.

Os dejo los ingredientes:

  • Un pavo deshuesado, con las pechugas fileteadas y la piel limpia
  • 1 kilo de carne picada, mitad cerdo, mitad ternera
  • 500 gm. de tiras de carne magra de cerdo
  • 500 gm. de tiras de ternera
  • 400 gm. de jamón serrano en tiras
  • 500 gm. de pechugas de pavo en tiras
  • Tres botes de trufas
  • Nueve huevos
  • Vino oloroso seco
  • Sal, pimienta, nuez moscada, pan rallado

…..

Para la cocción

  • los huesos del pavo
  • dos manitas de cerdo
  • cebolla
  • perejil
  • apio
  • zanahorias
  • media botella de vino
  • agua caliente
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Si tenéis perro, dadle de comer antes de empezar a cocinar, porque así solo babeará de gula y no de hambre, ¿verdad Thor? También es importante que os aseguréis de que vuestra vitrocerámica reconoce a la pavera porque, si no, os tocará ir corriendo a El Corte Inglés a buscar una olla de tamaño «king size»… con lo que os sentiréis obligados a hacer pavo trufado toda la vida para amortizarla.

Una vez echada al río de la Navidad, os parecerá pan comido sacar el árbol del altillo y adornar la casa… ¡nada que no merezca el pavo!

Fotos: Cuarto de Maravillas

Un comentario en “Cómo combatir la pereza de la Navidad

  1. Estoy babeando como Thor.
    En Córdoba en el pabellón donde vivíamos se llevaba el pavo relleno a una confitería de la calle Gondomar,nos reuníamos todos mis tíos y primos, antes había besugo al horno, j ahítos( como D.Menudo) bajábamos a Misa del Gallo.
    Intenté, sin conseguirlo, que rellenaran el pavo con un gallo y a su vez con una perdiz.

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